Los duelos difíciles de elaborar (como el fallecimiento de un hijo, las  muertes trágicas, la orfandad temprana, los abortos, las pérdidas múltiples, entre otras) dejan secuelas en la salud psico somática muchas veces inadvertidas. Reconocerlos es el primer paso para lograr salir del dolor enquistado.

El abuso sexual y/o psicológico suele ser devastador. Sobretodo el intra familiar. Salir del abuso y convertir el dolor en fuerza es posible.

Todos queremos dar alas a nuestro potencial posible. Para eso tenemos que lograr destrabar los obstáculos psicológicos que impiden crecer y empoderarse.

Muchos síntomas y enfermedades son psicogénicas. ¿Cómo lo sabemos? Porque al lograr una reprogramación cognitivo emocional de los núcleos ansiógenos, la enfermedad desaparece o se alivia. La psicosomática ha avanzado mucho con la biodecodificación y lo transgeneracional. Las Psicoescenas y la “representación vivencial” de la enfermedad le agregan valor.

Se puede salir de la repetición y las secuelas de síntomas, enfermedades, sentimientos y conductas que afectaron a nuestra geno familia y q perdura en nosotros o nuestros hijos.

El quiebre de principios éticos q regulan la familia deben ser reconocidos, reparados y restaurados. Solamente de este modo se cortan sus secuelas.

Los hijos/as q cumplen funciones de pegoteo o de equilibrio entre los padres tienen dificultades serias en construir parejas y hogares sanos.

Los celos, el ser hermana/o favorecido o desfavorecido/, la culpa del sobreviviente, la asignación de roles rígidos, dificultan la armonía fraterna .

El “nino herido”, abusado, abandonado, sin hogar, investido, necesita ser reconocido para lograr sanar sus dolores aun vigentes.

La pareja se construye en un equipo de dos. Tener en claro sus objetivos y establecer alianzas duraderas es un requisito fundamental. Para que la intimidad perdure se necesita de un marco de transparencia y verdad.